Sunday, July 13, 2008

"Todos somos nada, porque la nada siempre estuvo y nunca estará.

Tengo con la literatura la misma relación que puede tener un guerrillero con el ejercito regular. No soy un escritor profesional, detesto la literatura y los literatos.

Un genio es alguien que descubre que la piedra que cae y la luna que no cae
representan el mismo fenómeno.

Creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química y la filosofía,
pero no para la vida.

Habrá siempre un hombre tal que,
aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el universo.
Habrá siempre una mujer tal que,
aunque el universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar.

Pero ¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?

La vanidad es tan fantástica,
que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros
una vez muertos y enterrados.

Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad,
y es no resignarse.

El sexo es una de las formas primarias de poder.

Creo que la esencia de la vida consiste en ser fiel
a lo que uno cree que es su destino.

En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría.

La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil,
que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.

Si nos cruzamos de brazos seremos complices de un
sistema que ha legitimado la muerte silenciosa.

El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.

Cada mañana miles de personas reanudan la búsqueda inútil
y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva
que nos habla tanto de la explosión demográfica, como de la incapacidad
de esta economía para lo que lo único que no cuenta es lo humano.

Siempre es levemente siniestro volver a los lugares
que han sido testigos de un instante de perfección.

La esperanza, ¿no será la prueba de un sentido oculto de la
existencia, una cosa, que merece que se luche por ella?"

Ernesto Sábato

2 comments:

Fejamode said...

entiendo por qué te gusta tanto, y por qué me agradas.

andresserrano said...

Una de las cosas más lindas de estar al lado del camino es que siempre son extranjeros aún en su propia tierra. Al igual que ellos, siento una extraña meláncolia como si hubiese abandonado el lugar donde pertenezco. A ti también te gusta.