Tuesday, April 03, 2007

Apuntes para una teoría del lector

"Con el paso de los libros y la sostenida práctica de esa imprecisa ciencia que, a falta de otro mejor, responde al nombre de Literatura, he comprendido, no sin algo de esfuerzo y bastante sorpresa, que en el fondo y en la superficie de todas las historias existen tan sólo dos categorías de escritores y, por lo tanto, dos categorías de lectores. Están aquellos que al final de un cuento suspiran ¿Por qué no se me habrá ocurrido a mí? y están los que optan por sonreír ¡Qué suerte que se le ocurrió a alguien! Eso es todo, todos somos lectores de un modo o de otro."

Recorro las librerias de Corrientes, son muchísimas, se acercan la media noche, pero un sábado de teatro en Buenos Aires, esta calle se duerme a las 4 am, después de la función de insomio. Entro a una, le pregunto al librero dos autores, Roberto Bolaño (parece que lo hubiesen prohibido, ya no queda ni un sólo libro) y Rodrigo Fresán, nombres que resuenan en mi mente desde hace años sin animo de comprar nada, de leer nada. Después de una búsqueda en el pc me lleva a un anaquel pequeñito, saca un libro que se llama "La velocidad de las cosas" y empieza de la misma forma que el texto anterior. Lo ojeo, miro, leo un poco y evalúo que 44$ por un libro hecho de papel periódico con letra diminuta es caro para llevarlo.

Me voy pero las palabras que leí esa noche me obligan a hacer lo que estoy haciendo. Ahora me siento mucho más tranquilo.

4 comments:

aldemar said...

¿Cómo se quedó con las palabras si no compró el libro?

andresserrano said...

Porque usmeando en internet las encontré.

Simón said...

Héctor Abad es para mariquitas... No hable más de ese man.

Y de Fresán no vaya a comprar nada, también es un güevón.

De Bolaño compre 2666 (el más caro, yo lo compré en una librería el Lavalle), Los detectives Salvajes o Estrella distante... todos los otros libros de él son basura.

Cómprese El Curioso incidente del perro a medianoche (editorial salamandra, de un man que se llama Mark Haddon), Novela de ajedrez (de Stefan Sweig, editorial Acantilado) o Cuentos sin plumas, de Woody Allen.

andresserrano said...

gracias por sus recomendaciones Simoncio