No me preguntes a mi ¿qué es la vida?
No podría responderte siquiera:
¿Qué es mi vida?
La pregunta está mal diseñada desde el principio.
¿Cómo podría saber qué es la vida?
No pretendo formular preguntas elaboradas con monosílabos de respuesta.
Las preguntas que inician con “Qué“ son para filósofos.
Ellos son los que piensan y teorizan, tal vez son los inteligentes.
De repente puedes preguntar otra cosa,
¿cómo es la vida?
¿puede ser?
Siempre puedes preguntar.
Yo veré si respondo o no,
si te miro o no.
Hoy sonrío, te miro y te respondo:
Creo que la vida es amarilla, tranquila y...
ligeramente disonante.
1 comment:
Así era la vida. No fue nunca más de esa forma tan elaborada.
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